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Características

El clavel de moro (Tagete)

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Cuidados

Riego:
mucho
Luz:
Sol/nivel de sombra medio
Esfuerzo de cuidado:
Bajo

Periodo de florecimiento

Características

Donde plantar:
Mesa de cultivo, parterre, balcón
Altura planta:
30 a 100 cm
Color de la flor:
Amarillo, naranja, rojo, rojo-marrón, blanco

Plantar adecuadamente

El clavel de moro

Origen y variedades

El clavel de moro es una de las flores más apreciadas en terrazas y jardines, gracias a su resistencia, generosidad y larga floración. El género Tagetes, originario de América, fue llevado por primera vez a Europa desde México, en una época en la que aún se creía que las Américas eran parte de la India. Pertenece a la familia de las margaritas (Asteraceae) y cuenta con unas 60 especies, entre las cuales se cultivan principalmente Tagetes erecta, Tagetes patula y Tagetes tenuifolia. A menudo se confunden con las caléndulas, aunque estas últimas pertenecen a un género completamente distinto. Estas tres especies son el origen de las variedades híbridas que hoy decoran muchos jardines y terrazas.

  1. La Tagetes erecta alcanza una altura de entre medio metro y un metro, con flores dobles en tonos amarillos o anaranjados. Entre sus híbridos, hay variedades que se asemejan a crisantemos y claveles. Las más apreciadas, como "Arctic" o "Safari Tangerine", destacan por sus grandes y vistosas flores, que pueden llegar a medir hasta 10 centímetros de diámetro.

  2. La Tagetes patula es notablemente más pequeña, que crece entre 15 y 30 centímetros de altura. Sus flores pueden ser dobles o simples y suelen exhibir una brillante combinación de colores en tonos de rojo-marrón, amarillo y naranja. Las variedades "Striped Marvel" y "Jolly Jester" son especialmente llamativas, ya que sus pétalos son rayados y bicolores, creando un efecto deslumbrante que varía con la luz del sol.

  3. La Tagetes tenuifolia tiene un crecimiento compacto, alcanzando entre 20 y 30 centímetros de altura. Variedades como "Luna Orange" y otras, que crecen en forma de "cojín", son ideales para crear hermosas coberturas de suelo. Sus flores son relativamente pequeñas, con pétalos amarillos que a menudo presentan manchas marrón-rojizas en el centro.

Los pétalos del clavel de moro son comestibles y tienen un sabor ligeramente especiado, que varía según la variedad; generalmente, tiene entre notas aromáticas y cítricas. Estas flores frescas son perfectas para adornar pasteles o para dar un toque especial a sopas y cremas.

Aunque su aroma puede no ser del agrado de todos, es muy apreciado por las abejas. Además, las variedades modernas suelen ser prácticamente sin fragancia.

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Espacio destinado a su cultivo:

El clavel de moro es originario de Sudamérica, específicamente de regiones cálidas y soleadas. Por eso, en jardines y terrazas, prefieren estar expuestos al sol directo. Sin embargo, son plantas bastante tolerantes y también pueden prosperar en sombra parcial, además de resistir el viento y la lluvia. Para que las flores se desarrollen adecuadamente y la planta produzca en abundancia, el suelo debe ser bien drenado, moderadamente húmedo y rico en nutrientes. Debido a que requieren poco espacio, son ideales para macetas y recipientes. En el jardín, lucen mejor en grupos de al menos diez ejemplares y se pueden combinar con otras plantas de flor de crecimiento medio-bajo, como las begonias.

Siembra:

Para proteger las plantas del frío a finales del invierno y de las babosas, que son muy aficionadas a ellas, puedes sembrar los claveles de moro en un invernadero hasta que crezcan y estén casi listos para florecer. Las semillas germinan con facilidad, por lo que incluso los jardineros inexpertos pueden empezar desde cero en un entorno protegido. Si prefieres evitar este trabajo, también puedes sembrar los claveles directamente en el jardín o en macetas a finales de abril. Recuerda proteger las plantas con un producto antilimacos, ya que, de lo contrario, pueden desaparecer de la noche a la mañana. Las plántulas jóvenes se desarrollan rápidamente, y ya para mediados de mayo podrás verlas en flor.

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Cultivo en parterre:

La siembra de los claveles de moro es bastante sencilla, aunque para que germinen, necesitan temperaturas suaves. Por eso, antes de llegar a su destino final, es recomendable sembrarlos en un semillero o en macetas, en un entorno cálido, luminoso y húmedo. El trasplante se puede hacer cuando las plántulas han desarrollado al menos cinco hojas y son lo suficientemente fuertes; además, la temperatura exterior no debe bajar de 15 °C. Las semillas germinan con facilidad, lo que permite que incluso los jardineros inexpertos puedan cultivarlas sin problemas; los brotes suelen aparecer en solo una o dos semanas. Para garantizar una germinación óptima y una floración abundante, puedes utilizar el COMPO BIO Substrato Semilleros y plantas aromáticas sin turba. Este substrato es perfecto para sembrar plantas aromáticas, esquejes y plántulas durante todo el año. Dependiendo de la época de siembra y del clima, los claveles de moro comienzan a florecer en mayo y continúan hasta octubre.

Al sembrar los claveles de moro al aire libre, es importante cubrir las semillas con una capa muy delgada de substrato y asegurarte de que el suelo esté siempre ligeramente húmedo.

Los claveles de moro también se encuentran fácilmente como plántulas en tiendas y viveros a partir de marzo o abril. Trasplántalos únicamente cuando no haya riesgo de heladas o bajas temperaturas.

Cultivo en macetas:

Las variedades de clavel de moro de porte bajo como el Tagetes patula o Tagetes tenuifolia son ideales para el cultivo en macetas. Es importante que la maceta tenga agujeros de drenaje para permitir que el exceso de agua se escurra sin problemas. Para evitar el encharcamiento, se recomienda añadir una capa de drenaje con granulado de piedra pómez. Planta los claveles de moro en un substrato de alta calidad, el cual proporcionará nutrientes durante los primeros dos meses y favorecerá el crecimiento de las raíces.

Los claveles de moro son perfectos para una mesa de cultivo

Dado que la distancia de plantación es relativamente corta, entre 20 y 30 cm., también se pueden plantar en mesa de cultivo. Además, actúan como repelente ante plagas, por lo que si los combinas con plantas de huerta ayudaran a protegerlas.

Cuidar adecuadamente

Cuidados del clavel de moro

Riego:

Aunque los claveles de moro prefieren estar a pleno sol, no soportan bien el suelo seco. Para mantener un buen tapiz de flores, es clave regarlas de forma regular. En verano, si están en macetas pequeñas o poco profundas, pueden deshidratarse en pocas horas, por lo que es recomendable regarlas abundantemente cada día, preferiblemente al atardecer o temprano por la mañana. Si no estás seguro, basta con tocar la tierra bajo la superficie: si está seca, es hora de regar.

Fertilización:

Los claveles de moro son plantas muy fáciles de cuidar, pero para disfrutar de su prolongada floración, es importante mantener un nivel de fertilidad en el suelo que sea medio-alto. Para lograr esto, es recomendable mantener un programa de fertilización regular desde la primavera hasta el otoño. Una opción excelente es el COMPO Fertilizante Guano. Este fertilizante de origen natural está enriquecido con nutrientes y compuestos orgánicos que promueven un crecimiento robusto y una floración abundante. Además, su envase cuenta con un tapón graduado con gotero, lo que facilita la dosificación y minimiza el desperdicio.

¿Algo va mal? - posibles causas

Si tu clavel de moro no está creciendo como debería, puede deberse a tres razones distintas:

1. Infestación de babosas: Los claveles de moro son un manjar para los caracoles. Si las hojas y flores muestran marcas de daño, es probable que el culpable sea una babosa. Se puede controlar la infestación utilizando gránulos para combatir las babosas.

2. Infecciones fúngicas: Durante los veranos cálidos y húmedos, los claveles de moro son propensos a enfermedades fúngicas como el moho gris y el oídio. Esto se debe a que las flores llenas suelen tardar en secarse. Si quieres saber cómo identificar y tratar estas enfermedades, puedes consultar el artículo "Oídio"

3. Suelo demasiado seco o demasiado húmedo: Durante el verano, los claveles de moro requieren mucha agua. Sin embargo, si el suelo se mantiene demasiado húmedo, puede aparecer moho y las raíces podrían pudrirse. Por otro lado, si no los riegas lo suficiente y el suelo se seca, también se marchitarán. Esto puede provocar que las flores se cuelguen y que los pétalos se caigan. Nunca dejes que el suelo se seque por completo, al tocar la tierra con los dedos siempre tienes que notar cierto nivel de humedad.

Mantenimiento:

Es importante eliminar regularmente las flores marchitas de los claveles de moro, ya que esto les permite producir nuevos capullos que se abrirán rápidamente. Puedes quitar las flores secas con los dedos, dándoles una ligera torsión, o bien usar tijeras limpias y afiladas para cortarlas. También es bueno deshacerse de las hojas secas; así, la planta no solo se ve más bonita, sino que también es menos susceptible a enfermarse.

El clavel de moro en invierno:

Los claveles de moro no soportan bien el frío invernal, ya que son originarios de regiones cálidas de Sudamérica. Para las especies perennes, como el Tagetes lucida, que se emplea tanto en la medicina como en la cocina (sus hojas tienen un sabor parecido al estragón, con un toque de anís), es importante tomar medidas de protección especiales contra las heladas. Busca un lugar que sea luminoso y fresco, pero que no llegue a helarse, y reduce drásticamente el riego en invierno, ya que basta con unas pocas gotas de agua para satisfacer las necesidades de la planta. Si riegas en exceso, la combinación de humedad y frío puede provocar rápidamente la aparición de moho. Por otro lado, la mayoría de los claveles de moro que se utilizan en macetas y jardines son plantas anuales, lo que significa que su ciclo de vida termina con las primeras heladas.

Propagación:

Al recoger las semillas de las flores marchitas que quedan en la planta, puedes obtener nuevos claveles de moro para el año siguiente. El momento ideal para hacerlo es a finales de la temporada, cuando las flores secas están repletas de semillas. Una vez que las hayas recolectado, déjalas secar completamente en un lugar cálido y seco. Luego, agita las flores para que las semillas caigan y guárdalas en sobres de papel hasta la próxima primavera. A menudo, los claveles de moro se siembran solos: las semillas caen al suelo y, si las condiciones del terreno y el clima son adecuadas, verás brotar nuevas plantas al año siguiente.

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