La adelfa

El nombre científico de la adelfa —también conocida como el laurel de flor— es Nerium oleander. Planta de maceta de exuberante floración y estilo mediterráneo, la adelfa es ideal para balcones, terrazas y jardines interiores. Sus hermosas flores de vivos colores se pueden admirar durante todo el verano. Durante la temporada de calor, las adelfas aprecian los lugares soleados al aire libre. No obstante, es necesario proteger las adelfas —y más aún las variedades con flores dobles— del viento y, especialmente, de la lluvia.

Las plantas jóvenes se deben trasplantar anualmente a una maceta más grande y con mantillo nuevo. Puedes cambiar las macetas de las plantas más viejas cada 2 o 3 años.

Siempre riega tus adelfas con agua tibia. Las hojas se tornan verdosas si el agua de riego es demasiado fría. La adelfa necesitan mucha agua, especialmente en verano. Pierde su follaje en caso de sequía.

Se recomienda abonar regularmente la adelfa de marzo a septiembre para que desarrolle un follaje muy verde y tenga una floración intensa. Utiliza un abono líquido especial una vez por semana o un fertilizante de liberación sostenida apropiado para las exigentes necesidades nutritivas de la adelfa una vez por temporada.

En otoño y en invierno, puedes podar los tallos más desarrollados. Poda las ramas principales en la base y las ramificaciones en su punto de origen. La poda debe ser moderada, ya que las flores ya han comenzado a desarrollarse desde el año anterior.

Traslada las plantas al interior en otoño, al comienzo de las primeras heladas nocturnas. Elige preferentemente un lugar claro con una temperatura de entre 4 y 8 ºC. Si no es posible brindar estas condiciones, la adelfa puede pasar el invierno a oscuras en una bodega. No fertilices las plantas en mesas de cultivo durante la pausa invernal, deja que casi se sequen. Excepción: si tus adelfas pasan el invierno a una temperatura superior a 8 ºC, riégalas constantemente y opta por un lugar claro. No obstante, la temperatura no debe superar los 15 ºC.