Las bromelias

Originarias de los trópicos, las bromelias (familia Bromeliaceae) se desarrollan mejor en estancias cálidas y muy húmedas, motivo por el cual se aclimatan perfectamente bien sobre el alféizar de una ventana a media sombra. En verano, un lugar al aire libre sobre un árbol constituye un emplazamiento igualmente conveniente. Claro está, siempre que las temperaturas nocturnas no desciendan por debajo de los 15 ºC.

Estas plantas de interior de brácteas de colores que no requieren mayores cuidados solo se trasplantan raramente. Trasplántalas a una cajonera de cultivo o a una maceta si alcanzan un tamaño considerable:

• Las bromeliáceas terrestres en un mantillo hortícola.
• Las bromeliáceas epífitas en un sustrato de corteza y turba de musgo.

En función de la especie, existen dos métodos para la multiplicación de las bromelias.

Por un lado, las plantas forman rechazos, es decir, plántulas que se pueden separar de la planta madre a partir del momento en el que alcancen una altura de entre 10 y 15 cm. Las plántulas se alimentan de los nutrientes que extraen de la planta madre, ocasionando su marchitamiento.

Por otro lado, es posible multiplicar algunas especies sembrándolas en primavera. En ambos casos, la floración se extiende durante un largo periodo.

Es importante mantener una humedad constante en el sustrato de las bromelias para evitar que se sequen. En verano, aconsejamos regar siempre en el corazón del cáliz con agua de lluvia, ya que su dureza es menor. Por el contrario, en el caso de las bromeliáceas epífitas, es mejor regarlas mediante pulverización. Un déficit de humedad se traduce por el oscurecimiento de las puntas de las hojas.

No es necesario aplicar ningún fertilizante cuando las bromelias se plantan en un sustrato de buena calidad. En caso contrario, es aconsejable aplicar un abono líquido en el agua de riego.