Para un manto permanente verde, es necesario escarificar el césped una vez por año para eliminar el enfurtido radicular, el musgo y los residuos que quedan tras cortarlo. La escarificación supone una cura intensiva para el césped y forma parte de los cuidados esenciales. Las raíces de las gramíneas vuelven a estar suficientemente aireadas y el aire puede llegar a ellas sin mayor problema.
Por lo general, es posible proceder a la eliminación del enfurtido entre abril y octubre. El mejor periodo para escarificar el césped se extiende de mediados de abril a mediados de mayo, ya que, así, la hierba dispone del tiempo suficiente para regenerarse antes de la llegada del verano. Para eliminar exitosamente el enfurtido radicular de las gramíneas, es indispensable que el suelo no esté empapado ni extremadamente seco. En marzo, tras los ataques invernales de la lluvia y la nieve, el césped, por lo general, está muy húmedo, por lo que se debe esperar a que el sol y el viento sequen su superficie antes de actuar. Tras la escarificación, para que el césped se regenere rápidamente y reparar las calvas, puedes utilizar una mezcla de semillas de césped de resiembra. Para que esta mezcla germine debidamente, la temperatura del suelo debe estar sobre los 10 ºC de forma permanente.
Tres semanas antes de la escarificación, aplica un abono que contenga un principio activo. El abono fortalece el césped y el principio activo actúa contra el musgo y/o las malas hierbas, de manera que la escarificación sea más eficaz en su eliminación, de raíz.
Paso a paso
A pesar de la importancia de la escarificación para un césped sano, al desenredar las capas vegetales apelmazadas aparecen calvas poco estéticas y raíces de gramíneas ligeramente dañadas. Recomendamos utilizar una mezcla de césped de resiembra para regenerar rápidamente el césped y reparar las superficies desnudas. Con este fin, hemos elaborado un producto que incluye un abono especial de liberación sostenida de gran calidad y un activador de suelo natural que regula la humedad de la tierra y la revitaliza. Una sola aplicación es suficiente para sembrar, fertilizar y mejorar el suelo.
Elimina las piedras y los residuos de hierba cortada del césped y nivela la superficie de ser necesario. Esparce uniformemente el producto a mano, rastrilla y compacta ligeramente. Siembra un poco más allá de la superficie que deseas mejorar para obtener una transición imperceptible entre el nuevo césped y el ya existente. Posteriormente, riega el césped regular y abundantemente, ya que los brotes jóvenes se deben mantener permanentemente húmedos.
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