Es aconsejable actuar inmediatamente una vez comenzada la invasión del césped por las malas hierbas. Todas ellas se caracterizan por una gran capacidad de propagarse, la cual es resulta muy difícil de controlar. Descubre cómo deshacerte de estos indeseables huéspedes y cómo eliminarlos de tu césped de forma duradera.
Las malas hierbas se propagan de muchas formas. Sus granos se diseminan gracias al viento. Las malezas seminíferas, como el diente de león o la balsamina, florecen algunas semanas después de la germinación. A partir del desarrollo de las infrutescencias, las malas hierbas se propagan inevitablemente por toda la superficie del césped. Por otro lado, el trébol y la Verónica persa recubren el suelo de largos estolones. Forman parte del grupo denominado adventicias de tallos aéreos rastreros. Las malas hierbas de raíces rastreras, como la angélica menor o la grama, indudablemente son una pesadilla para los jardineros, ya que son muy difíciles de eliminar. Ellas se infiltran debajo de la cubierta vegetal y limitan el desarrollo radicular del césped. Una regla se impone en la lucha contra todas las malas hierbas, sea cual sea su modo de propagación: cuanto más temprano intervengas, más pronto controlarás el problema.
Incluso aunque se dispensen los mejores cuidados y atenciones, no siempre es posible impedir la propagación de las malas hierbas. No obstante, unos cuidados apropiados fortalecerán tu césped, haciéndolo menos sensible a las enfermedades, plagas, el musgo y las malas hierbas. Son numerosas las malas hierbas nativas que no constituyen ninguna amenaza, siempre y cuando el césped se abone suficientemente. Puedes impedir la propagación de las malas hierbas suministrándole a tu césped todos los nutrientes esenciales mediante el abonado. Además, es aconsejable cortar regularmente el césped, ya que este resiste mucho mejor la siega que las malas hierbas, las cuales necesitan alcanzar una mayor altura para florecer.
En lo que las malas hierbas aparecen por aquí y por allá, se deben arrancar o escardar. Para evitar que vuelvan a brotar, es recomendable eliminar toda la raíz, principalmente las raíces rastreras. Una eliminación mecánica no siempre es suficiente para eliminar duraderamente las malas hierbas. No obstante, no te preocupes: los herbicidas permiten obtener resultados eficaces.
Si tu césped está muy invadido, habrá que tratarlo y reforzarlo simultáneamente en toda su superficie. Nuestra gama incluye mezclas de productos que asocian un fertilizante y un herbicida para matar dos pájaros de un tiro. Elimina duraderamente las malas hierbas gracias a la doble acción que se ejerce sobre las hojas y las raíces. Al mismo tiempo, el fertilizante de liberación sostenida posibilita la regeneración del césped. Los nutrientes se liberan progresivamente durante tres meses en función de las necesidades y de las condiciones del tiempo atmosférico (temperatura y humedad), de manera que las gramíneas siempre reciban la dosis apropiada. El tratamiento es más exitoso durante la fase de crecimiento de las malas hierbas, esto es, entre mayo y agosto. Es importante conservar los herbicidas a una temperatura superior a 10 ºC y no utilizarlos más de una vez al año.
Para eliminar pequeños grupos de malas hierbas si el césped ya ha sido abonado, te recomendamos utilizar un herbicida especial para césped. En esta gama, te proponemos diversos productos que también destruyen las malas hierbas de raíces profundas. Basta con pulverizar el agente o regar de forma puntual en las zonas afectadas después de la siega. También puedes usar un producto combinado, formulado con cuatro principios activos diferentes que son igualmente eficaces contras las malas hierbas resistentes. El punto a favor es que la aplicación es fácil mediante pulverización y el césped no sufre daños.
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