Al igual que nosotros tenemos hambre, nuestras plantas también tienen necesidades de nutrientes como calcio, magnesio o nitrógeno. Entre ellas, existen grandes diferencias en sus necesidades nutricionales. Es posible que hayas escuchado sobre plantas que demandan muchos nutrientes y otras que necesitan pocos. En este artículo, te explicaremos el significado de estos términos y cuáles son las plantas más exigentes en cuanto a nutrientes.
Cuando decidas plantar en tu jardín o balcón, es crucial considerar las necesidades específicas de cada planta. Por ejemplo, debes escoger cuidadosamente la ubicación adecuada: las plantas que están acostumbradas a mucho sol en su lugar de origen no prosperarán en áreas sombrías. Además, el nivel de nutrientes es fundamental. Mientras algunas hierbas aromáticas pueden desarrollarse bien en suelos con pocos nutrientes, plantas como tomates, patatas o calabazas requieren un suelo especialmente rico en nutrientes. Estas plantas "hambrientas" tienen una alta demanda de nutrientes para crecer saludablemente.
Todas las plantas, ya sean hortícolas, flores, arbustos de bayas o hierbas aromáticas, requieren nutrientes para crecer saludablemente y para la formación de flores y frutos. Sin embargo, estas necesidades pueden variar considerablemente. Las plantas exigentes se distinguen por absorber una gran cantidad de nutrientes del suelo. Este es el caso de diversas frutas y verduras que demandan mucha energía para el crecimiento de hojas y frutos, como la calabaza, el tomate, la patata o el calabacín.
Además de las plantas que necesitan muchos nutrientes, también hay plantas de requerimiento medio y bajo. La clasificación de estas plantas se basa principalmente en su necesidad de nitrógeno. El nitrógeno es fundamental para el crecimiento vegetativo, como la formación de hojas y por ende, para la fotosíntesis de las plantas.
Para evaluar mejor las necesidades de las plantas, en la tabla encontrarás la clasificación de distintos tipos de verduras en las categorías de grandes consumidores, consumidores medios y consumidores débiles. Sin embargo, los límites son imprecisos. Por ejemplo, el pepino tiende a ser un consumidor fuerte entre los consumidores medios, mientras que la albahaca arbustiva tiende a ser una consumidora débil.
Consumidor fuerte | Consumidor medio | Consumidor débil |
---|---|---|
Alcachofa | Endibia | Frijoles |
Berenjena | Fresa | Guisante |
Coliflor | Hinojo | Canónigos |
Brócoli | Pepino | Berro |
Col china | Ajo | Chirivía |
Col rizada | Colirrábano | Achicoria roja |
Patata | Acelga | Rábano |
Calabaza | Zanahoria | Remolacha |
Puerro | Espinaca | Rúcula |
Melón | Cebolla | Diversas hierbas aromáticas |
Pimiento morrón | Diversas lechugas | |
Ruibarbo | ||
Coles de Bruselas | ||
Tomate | ||
Calabacín |
Es fundamental asegurarse de que las plantas exigentes y de consumo medio reciban suficientes nutrientes para prosperar tanto en mesas de cultivo como en macetas. Añadir compost al suelo en otoño es una excelente manera de enriquecer su contenido nutricional, especialmente ya que el nitrógeno que es esencial para el crecimiento vegetativo saludable. Por eso, en primavera, antes de plantar las primeras verduras, es recomendable aplicar al suelo un abono, como el COMPO BIO Abono Huerto y Frutales, ya que proporciona a las plantas de alto rendimiento todos los nutrientes esenciales para un crecimiento sano. Para cultivar plantas exigentes en macetas, como los tomates, es recomendable emplear un substrato vegetal prefertilizado de alta calidad, especialmente formulado para ellos, como el COMPO BIO substrato tomates y vegetales sin turba.
Durante la floración y la formación de frutos, las plantas tienen un gran apetito por el potasio. Es importante asegurarte de que tus plantas de alto y medio consumo reciban un suministro regular y equilibrado de nutrientes. Si no has aplicado un fertilizante de liberación lenta, puedes mezclar simplemente fertilizante líquido para vegetales con el agua de riego y usar esta mezcla para regar el suelo. Esto es especialmente útil para las plantas en macetas, que aprovechan al máximo los nutrientes adicionales.
Para garantizar una cosecha abundante, es recomendable practicar la rotación de cultivos. Esto significa evitar plantar cultivos exigentes en el mismo lugar cada año. Por ejemplo, al concluir la temporada, es beneficioso alternar con cultivos que requieren menos nutrientes en el mismo lecho. Puedes comenzar con cultivos ricos en nutrientes como el brócoli en verano y luego transicionar a lechugas en otoño.
Consejo: En nuestro artículo "4 Consejos para tu mesa de cultivo en otoño", te mostramos qué plantas puedes seguir sembrando en tu mesa de cultivo durante esta temporada.
Si tienes un huerto grande, considera establecer un sistema de cuatro mesas de cultivo con rotación de cultivos. En este sistema, las hortalizas se plantan en al menos cuatro bancales distintos, cambiando de mesas cada año. La primera mesa se destina a cultivos exigentes, la segunda a cultivos de requerimientos medios, la tercera a cultivos de bajos requerimientos, y la cuarta se deja en reposo, posiblemente con un cultivo de abono verde. Al año siguiente, todos los cultivos se desplazan una mesa hacia adelante: los cultivos exigentes van a la mesa que estuvo en reposo y ahora está enriquecido con nutrientes; los de requerimientos medios ocupan el espacio de los cultivos exigentes anteriores, y los de bajos requerimientos van a la mesa que ahora tiene menos nutrientes, donde estaban los cultivos de requerimientos medios. Este sistema permite que la mesa donde estuvieron los cultivos de bajos requerimientos se regenere después de tres años de cultivo de frutas, verduras y/o hortalizas.
En lugar de practicar la rotación de cultivos, otra opción es retirar las capas superiores del suelo cada año y reemplazarlas con un substrato enriquecido con compost de jardín, asegurando así un suministro adecuado de nutrientes.
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