Características
Cuidados
Periodo de florecimiento
Características
Plantar adecuadamente
Cultivo de la hierba callera
Por lo general, la sombra es el refugio ideal para las plantas con hojas suaves y carnosas. Sin embargo, la hierba callera desafía estas expectativas, prosperando bajo el sol y demostrando una resistencia sorprendente al calor y la sequedad. Aunque tolera algo de sombra, prospera mejor en un suelo con un drenaje eficiente, ya que mantenerla constantemente demasiado húmeda puede provocar el deterioro de sus partes más delicadas.
La época más propicia para sembrar la hierba callera es en primavera u otoño, justo antes de que las temperaturas desciendan demasiado.
Si el suelo donde planeas plantarla es predominantemente arcilloso o tiende a retener la humedad, se recomienda aflojarlo añadiendo un poco de arena o piedras. Además, para asegurar un crecimiento saludable, es esencial que el agua de riego o de lluvia pueda drenarse fácilmente, especialmente si la cultivas en macetas. Para lograr esto, selecciona un recipiente amplio y coloca una capa de piedras o fragmentos de arcilla en la base, evitando substratos con alta retención de agua. Puedes mejorar el suelo añadiendo un poco de arena o, preferiblemente, elige un substrato permeable diseñado específicamente para plantas mediterráneas.
Durante las primeras semanas, es importante regar la hierba callera regularmente hasta que la planta se haya enraizado adecuadamente.
Cuidar adecuadamente
Cuidados de la hierba callera
La hierba callera se distingue entre otras perennes como una experta en resistir la sequía, floreciendo con exuberancia mientras administra eficientemente el agua y los nutrientes. En macetas expuestas directamente al sol, es esencial regarla regularmente, ya que el agua se evapora fácilmente del recipiente, brindando escasos beneficios a la planta. A su vez, es importante evitar el estancamiento del agua. Por otro lado, en macizos, la hierba callera solo requiere riego en periodos prolongados de sequía y en días particularmente calurosos del verano.
Cuando cultivas hierba callera en macizos, se aconseja incorporar un fertilizante de liberación lenta en el suelo una vez al año, preferiblemente durante la primavera. Para las que están en macetas, es esencial brindarles nutrientes adicionales de forma regular, mediante el uso de un fertilizante líquido suave. Si quieres asegurar una floración abundante en tu hierba callera, se recomienda emplear fertilizante diseñado para plantas con flores, que contenga un alto contenido de potasio.
La manera más sencilla de propagar la hierba callera consiste en dividir el cepellón durante la primavera. Este procedimiento implica excavar alrededor de la planta y separar la masa de raíces antes de que inicie su nuevo ciclo de crecimiento. Después de realizar esta separación, es esencial regar las secciones divididas constantemente hasta que desarrollen nuevas raíces y se establezcan de manera independiente.
A finales de abril, podrás dar inicio a un cultivo completo con tu planta perenne, al cortar los esquejes apicales (ver foto) de la planta en brote.
Para facilitar la adaptación de los esquejes al ser trasplantados al macizo, se sugiere permitirles crecer un poco más en la maceta hasta alcanzar un tamaño adecuado, garantizando así la robustez y vitalidad de las plantas. En algunos casos, puede ser necesario trasplantarlos varias veces a recipientes más grandes.
Por lo general, es recomendable dejar los tallos marchitos de la hierba callera en la planta durante el invierno. Esta práctica no solo añade un toque decorativo, sino que también protege las raíces de las heladas intensas. En primavera, justo antes de que la planta vuelva a crecer, es el momento adecuado para podar los tallos florales al nivel del suelo.
Sin embargo, hay otra técnica que puedes aplicar con tus tijeras de jardín para favorecer el crecimiento de tu hierba callera. Conocida como el "Chelsea Chop", esta práctica contribuye a fortalecer la planta perenne. Durante los meses de verano, la hierba callera tiende a perder vitalidad, por eso es entre mediados y finales de mayo cuando se lleva a cabo este corte. Durante este proceso, se recortan nuevamente todos los brotes externos de la planta, lo que resulta en un crecimiento más compacto y una ramificación que forma una densa agrupación floral. Además, los brotes laterales podados florecen un poco más tarde que los tallos centrales, lo que te brinda la oportunidad de disfrutar de los hermosos pétalos rosa durante un periodo más prolongado.
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