Hidroponía para plantas de interior

La hidroponía sin substrato mineral puede ser una opción atractiva, pero no está exenta de desafíos. Lo ideal es utilizar un jarrón de cristal transparente con una solución nutritiva. Este método funciona mejor con esquejes jóvenes o plantas que aún no se han enraizado en tierra. Dado que no hay una aireación automática, es crucial cambiar el agua regularmente para asegurar que la planta reciba oxígeno fresco. También es fundamental proporcionar un suministro adecuado de nutrientes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el riesgo de que la planta muera por falta de oxígeno o nutrientes es relativamente alto con este método.

En lugar de colocar la planta en un vaso de agua, también puedes optar por plantarla en un substrato mineral como arcilla expandida, perlita o gránulos de piedra pómez. Este substrato mineral ofrece soporte y estabilidad, evitando que la planta se vuelque en la maceta. La planta se coloca en el substrato con las raíces desnudas, es decir, sin tierra. Por eso, es mejor usar plantas que ya estén acostumbradas a la hidroponía.

En el cultivo hidropónico típico, se coloca un depósito de agua debajo de la maceta, al que se añade regularmente una solución nutritiva. Este depósito proporciona a las plantas tanto agua como nutrientes, permitiéndoles crecer sanas y vigorosas. Sin la solución nutritiva adecuada, las plantas pueden mostrar síntomas de deficiencia, detener su crecimiento y perder hojas gradualmente. Por lo tanto, es crucial mantener una fertilización equilibrada y regular, al igual que en la hidroponía sin substrato mineral. Antes de hacer el cambio, es importante informarse bien sobre los cuidados necesarios.

El cultivo semihidropónico es ideal para plantas con cepellones bien desarrollados. Las plantas más maduras a menudo enfrentan dificultades al hacer la transición del cultivo en substrato al sistema hidropónico puro. En estos casos, el cultivo semihidropónico ofrece una excelente solución. La planta y su cepellón se colocan en una maceta con sustrato mineral, que luego se sitúa en una jardinera con un depósito de agua. Tanto la arcilla expandida como la piedra pómez son sustratos adecuados para este método.

Plantar en granulado de piedra pómez ofrece una ventaja adicional. A diferencia de otros sustratos minerales, la piedra pómez tiene la capacidad de almacenar agua y liberarla a medida que la planta la necesita. Esto significa que no es necesario usar una maceta con depósito de agua y un indicador de nivel para el cultivo en piedra pómez. Los gránulos de piedra pómez actúan como un depósito de agua propio, y su color te ayuda a saber cuándo es el momento de regar.

En el cultivo semihidropónico, es importante tener cuidado al regar para evitar que la planta quede constantemente sumergida en agua, ya que esto podría causar la pudrición de las raíces.

Prácticamente cualquier planta de interior puede cultivarse en hidroponía, pero es recomendable empezar con las especies más fáciles. Algunas opciones ideales son la cinta, el poto, o el Espatifilo (cuna de Moisés). También se pueden cultivar sin tierra la lengua de suegra (Sansevieria) o la zamioculca. Lo mejor es comenzar con un esqueje o una planta ya adaptada a un sistema hidropónico, ya que son perfectas para dar los primeros pasos en este tipo de cultivo.

También puedes usar plantas que antes crecían en un substrato para cultivarlas en hidroponía, pero es un proceso que requiere bastante cuidado. Es fundamental limpiar bien las raíces, eliminando toda la tierra antes de hacer el trasplante. Este cambio puede ser estresante, sobre todo para las plantas más maduras. En esos casos, una buena alternativa es optar por un sistema semihidropónico, ya que así se les facilita la adaptación.

El cultivo semihidropónico puede ser una excelente opción para cualquier planta de interior. Incluso las plantas más viejas o con raíces largas suelen adaptarse bien al cambio del cultivo en substrato al semihidropónico.

La arcilla expandida es un substrato estabilizador muy común, aunque su producción implica un alto consumo de energía y genera emisiones de carbono. Una opción más sostenible son los gránulos de piedra pómez, como el COMPO BIO Granuplant®. Las diferencias clave entre ambos materiales son el color, la capacidad de retención de agua y su conductividad.

El cultivo en arcilla expandida suele requerir un indicador de nivel de agua, pero con los gránulos de piedra pómez esto no es necesario. El propio color de los gránulos indica si el agua se ha agotado: cuando se vuelven beige claro, es momento de regar, y si están oscuros, puedes esperar un poco más. Si usas una maceta transparente, es más fácil monitorear cuándo tus plantas hidropónicas necesitan agua. 

Los gránulos de piedra pómez tienen la ventaja de retener agua y liberarla a las plantas según lo necesiten. Esto significa que puedes plantar directamente en los gránulos sin necesidad de un depósito de agua. En cambio, como la arcilla expandida no retiene agua, es necesario usar un depósito para asegurar que tus plantas se mantengan bien hidratadas.

En resumen, el granulado de piedra pómez sirve como sustituto del suelo, mientras que la arcilla expandida se usa principalmente para estabilizar las plantas hidropónicas.

En nuestro artículo "Substrato mineral – ¿ideal para tus plantas de interior?" encontrarás un resumen de los diferentes tipos de substratos minerales, junto con sus ventajas y desventajas.

1. Elige la maceta adecuada:

Opta por una maceta lo suficientemente grande para tu planta de interior. Si es transparente, mucho mejor, ya que te permitirá observar cuándo los gránulos de piedra pómez se aclaran, indicando que es momento de regar de nuevo.

Consejo: Si eres principiante, una maceta con indicador de nivel y depósito de agua puede ser muy útil, ya que te ayudará a mantener el control sobre la cantidad de agua que necesita tu planta.

2. Elige la planta hidropónica ideal:

Casi cualquier planta de interior, desde una alocasia hasta una zamioculca, se adapta al cultivo semihidropónico. Si estás empezando, lo mejor es optar por una planta resistente y fácil de cuidar, que tolere pequeños descuidos. Para tener un buen comienzo, descubre que plantas de interior son perfectas para cualquier emplazamiento.

Consejo: Antes de trasplantar una planta recién comprada, deja que se acostumbre a su nuevo entorno. Un simple cambio de ubicación suele ser suficiente. Después de unas dos semanas, ya puedes colocarla en su nueva maceta.

3. Trasplanta la planta:

Primero, llena la maceta hasta un cuarto de su capacidad con COMPO BIO Granuplant®. Luego, retira cuidadosamente la planta de su maceta anterior, sacudiendo la tierra suelta. Coloca la planta sobre los gránulos en su nueva maceta y añade más gránulos alrededor para estabilizarla. ¡Listo!

Consejo: Al rellenar, sacude ligeramente la maceta para asegurarte de que no queden huecos.

Se recomienda usar un fertilizante como el COMPO Fertilizante Plantas Verdes, para asegurar que las plantas en cultivo semihidropónico reciban los nutrientes necesarios. Durante la fase de crecimiento, es ideal aplicar el fertilizante una vez a la semana. Simplemente agítalo bien, dilúyelo en agua y luego aplícalo sobre las raíces o agrégalo al depósito de agua. Así, las plantas obtendrán todos los nutrientes esenciales.