ÁCIDO O ALCALINO: ¿QUÉ SUELO PARA QUÉ PLANTA?
Las hortensias prefieren suelos ácidos y es conocido que calciar el césped dificulta la vida al musgo. Sin embargo, ¿calciar el jardín cada año sin haber medido el pH? No es una buena idea. Para influir de manera efectiva en la proporción de ácidos y bases en el suelo del jardín, es necesario tener ciertos conocimientos básicos. En este artículo, explicaremos la importancia del pH en el suelo del jardín, cómo medirlo y cómo influir en él.
Ácido o alcalino: cultiva mejor
El valor óptimo del pH en el suelo de un jardín se sitúa entre 6,5 y 7,5. En este estado, el suelo es prácticamente neutro, ni demasiado ácido ni demasiado alcalino, y la gran mayoría de plantas de jardín y organismos del suelo se sienten cómodos. Si se modifica el valor del pH, esto afecta esencialmente a dos aspectos.
Los nutrientes en el suelo pueden estar presentes como sales disueltas entre las partículas de tierra, lo que facilita su absorción por las plantas. Sin embargo, dependiendo del pH del suelo, los principales nutrientes y microelementos, que se encuentran en cantidades muy pequeñas, pueden ser difíciles de absorber por las raíces. Si el pH no está dentro del rango óptimo, es posible que el suelo contenga todos los elementos esenciales, pero estos no podrán ser absorbidos ni transportados eficientemente a todas las partes de la planta. Esto se nota cuando se aplica fertilizante adecuadamente pero no se observa un crecimiento significativo; las plantas pueden crecer poco o presentar deformaciones. Por ejemplo, cuando el pH del suelo es demasiado bajo, las plantas pueden experimentar deficiencias de nitrógeno, potasio y calcio. Por otro lado, si el pH es demasiado alto, a pesar de tener estos nutrientes en abundancia, las plantas pueden carecer de hierro, manganeso o boro, lo que resulta en varios efectos negativos.
Existen otros aspectos a considerar. Por ejemplo, el aluminio está presente en cantidades significativas en suelos con un pH muy ácido. Esto puede resultar en un color azul brillante en las hortensias; sin embargo, un exceso de aluminio representa una amenaza para la salud de las plantas, y si la cantidad es demasiado alta, pocas plantas de jardín pueden sobrevivir a largo plazo.
Mantener un pH equilibrado en el suelo ayuda a que el terreno sea autosuficiente y previene situaciones incómodas que pueden resultar en la pérdida de plantas o en un crecimiento deficiente y poco satisfactorio.
La tierra fértil alberga una gran cantidad de microorganismos, imperceptibles a simple vista y visibles solo bajo el microscopio, que son fundamentales para crear las condiciones necesarias para que las plantas absorban nutrientes. Cuando el suelo es ácido, con un pH bajo, la actividad de estos organismos se ve reducida. Para entender las implicaciones de esto, presentamos un esquema claro en cuatro pasos que explica el papel de los microorganismos y su relación con el pH del entorno donde viven, se reproducen y cumplen su función en el ecosistema.
SUELO DEL JARDÍN DEMASIADO ÁCIDO
Afortunadamente, corregir el pH del suelo no es demasiado complicado. La aplicación de cal neutraliza el exceso de ácidos en suelos ácidos, elevando así el pH. Además, la cal asegura que nutrientes como el calcio, potasio y magnesio, almacenados en el suelo, estén disponibles nuevamente para las plantas. Cuando el pH se aproxima al neutro, los microorganismos vuelven a ser activos y gradualmente mejora la estructura física del substrato. Sin embargo, este proceso no es rápido. Requiere varios meses y riegos frecuentes para que la situación mejore y el pH del suelo se estabilice. Por lo tanto, las aplicaciones de cal agrícola, ya sea cal hidratada o cal apagada, deben realizarse entre septiembre y octubre. Durante los meses de invierno, las lluvias son suficientes para disolver los gránulos de cal y distribuirlos por el suelo, lo que ahorra trabajo y agua de riego. En suelos muy ácidos, a veces pueden pasar varios años y requieren múltiples tratamientos con cal antes de que el pH se estabilice en un valor neutro.
Cuando el pH del suelo supera 7,5, se considera alcalino o básico, indicando un alto contenido de cal. En valores extremos, cerca de pH 9, muy pocas plantas pueden sobrevivir. Este elevado pH del suelo a menudo se debe a aplicaciones frecuentes de cal agrícola o al riego prolongado con agua dura a lo largo de muchos años.
SUELO DEL JARDÍN DEMASIADO ALCALINO
Reducir el pH para acercarlo al nivel neutro es mucho más complicado que aumentarlo. En esencia, se requiere mejorar el substrato utilizando materiales vegetales que sean naturalmente ácidos, como los pinos o la turba, que son especialmente adecuados para este propósito. También puedes intentar restaurar el equilibrio utilizando compost, que, al ser rico en humus, mejora la estructura superficial del suelo y aumenta la población de microorganismos beneficiosos. Además, es esencial que riegues con agua de lluvia, ya que está libre de cal y que uses un fertilizante que contengan hierro, como el COMPO Fertilizante Supreme. Por lo general, se necesitan varios años para reducir gradualmente el pH del suelo. Afortunadamente, los suelos altamente alcalinos son muy raros en nuestra región, por lo que la mayoría de los jardineros no enfrentan este problema.
Por lo general, no necesitas un resultado extremadamente preciso para saber cómo trabajar con el suelo de tu jardín. Por eso, basta con las pruebas caseras: puedes usar tiras reactivas, como las de piscinas, o líquidos que cambian de color según el pH. Si quieres realizar mediciones frecuentes y de manera sencilla, puedes considerar comprar un dispositivo de medición específico.
Si buscas mayor precisión, también puedes enviar una muestra del suelo a un laboratorio para su análisis. Esta opción ofrece una medición muy exacta, permitiendo determinar con precisión qué plantas crecerán mejor en tu suelo. Además, este análisis proporciona información sobre la concentración de otros nutrientes, lo que puede ayudar a identificar posibles problemas adicionales.
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