El grosellero se desarrolla óptimamente en lugares soleados o a media sombra. Ciertamente, cuanta más radiación solar reciban las bayas, más dulces serán. Por otro lado, una primavera seca propiciará la caída de las flores del arbusto. El anegamiento constituye un enemigo para el grosellero. Es necesario encontrar el equilibrio justo entre luz y humedad del suelo en el jardín. Además, el grosellero prospera mejor si está resguardado del viento.

Colocación de las plantas

¿Sigues buscando la más bonita de las plantas para tu jardín? ¡Nosotros también! No obstante, hay que hacer una excepción en el momento de comprar un grosellero en otoño. Si el arbusto ya ha perdido gran parte de su follaje, tendrá mucha más energía para desarrollar sus raíces tras la plantación. Al comprar un arbusto sin follaje, tendrás todas las posibilidades de tu lado para iniciar su desarrollo con buen pie y obtener una fructificación rápida la primavera siguiente.

Debes disponer de una superficie de aproximadamente 2 m² por arbusto. Planta tus groselleros al tresbolillo para crear varias hileras de frutas aciduladas. Los groselleros blancos y rojos son autofértiles, pero ciertos groselleros negros no lo son. Por lo tanto, es necesario plantar dos variedades diferentes una al lado de la otra para posibilitar la polinización cruzada.

Antes de plantar el arbusto a un palmo de profundidad, te aconsejamos embarrar el cepellón durante algunas horas y podar los tallos hasta cinco yemas —como máximo—, orientadas hacia afuera. Así, podrán brotar nuevos tallos y las bayas estarán mejor expuestas al sol. Allana ligeramente el suelo y riega abundantemente.

Fija los tallos a un tutor de madera tan largo como la altura de la copa.

Nuestro consejo

¿No deseas compartir tus grosellas con las aves? Protege el arbusto con una red para aves a partir del momento en que las bayas comienzan a madurar.

Cuidar adecuadamente

Cuidados del grosellero

Riego

Para conseguir un buen crecimiento de este arbusto de raíces rastreras, asegúrate de que el sustrato esté húmedo en todo momento. Riega regularmente. Posteriormente, el arbusto extraerá el agua suficiente a través de sus raíces para satisfacer sus necesidades. Habrá que esperar a una sequía prolongada en primavera o en verano para realizar riegos suplementarios. Evita regar el follaje para prevenir las enfermedades causadas por hongos u otros parásitos filamentosos (enfermedades criptogámicas). Reduce la desecación del suelo esparciendo una capa vegetal, por ejemplo, de hojas o de césped cortado.

Fertilización

Una cosecha abundante es el deseo de todo el mundo, ¿o no? En primavera, refuerza el aporte de nutrientes mediante un fertilizante para bayas. Este abono se caracteriza especialmente por satisfacer las necesidades de los frutales de semilla y de hueso. Las plantas se desarrollan bien y producen deliciosos frutos.

Cosecha

Las diversas variedades de groselleros alcanzan la madurez entre junio y agosto. Las bayas crecen en racimos. La época de la recolección se inicia cuando los racimos se tornan de color rojo vivo, blanco transparente o negro profundo. No todos los racimos maduran a la vez, pero la mayoría de las veces, lo hacen los unos después de los otros, lo que constituye una ventaja, ya que las grosellas cosechadas solo se conservan durante uno o dos días al fresco. ¿No consigues seguir el ritmo? Congela o procesa las bayas para obtener jalea o zumo.

Poda

Los groselleros tienen, como mucho, doce ramas primarias. Cada año, tras la cosecha, reemplaza dos o tres de ellas por nuevas ramas. Las ramas viejas se reconocen por su corteza oscura. Córtalas directamente por la base. También elimina los tallos laterales inferiores y superiores demasiado densos. Los tallos laterales no deben sobrepasar la longitud de un brazo para poder garantizar que los frutos que portan tengan una exposición suficiente a la radiación solar.

Propagación

¿Alguna de tus amistades ya tiene un grosellero? Pregúntale si te puede dar una vara de no más de un año y de unos 20 cm de largo. La propagación por estacas es muy simple. Deshoja la vara y plántala directamente en un sustrato especial para la propagación. Planta la rama en el jardín cuando comience a echar raíces.

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